Asia oriental
La religión durante las dinastías Yuan, Ming y Qing
por Mayte
22/02/2009

         INDICE:

    1.Presentación......................................................................................................3
    2.Introducción: Conocimiento de Oriente y Occidente...............................................4
    3.La religión durante las dinastías Yuan, Ming y Qing...............................................6
        3.1. Los escritos de los viajeros aportan una visión de Oriente..............................6
        3.2. Creencias..................................................................................................7
        3.3. El concepto del bien y del mal y de la vida eterna.........................................9
        3.4. Supersticiones, quiromancia y astrología....................................................10
        3.5. Enfermedad, muerte y ritos funerarios........................................................11
        3.6. Presencia de otras religiones.....................................................................12
    4. Conclusiones..................................................................................................14
    5. Bibliografía.....................................................................................................15

    I-Presentación

        Nadie duda de la importancia que en la actualidad ejerce China en el panorama internacional. Las características culturales, económicas y sociopolíticas no pasan desapercibidas para los países de Occidente que asisten al despertar de un país al que si bien se le sigue nominando de “misterioso” y “desconocido”, adquiere cada vez más influencia a nivel mundial. En la actualidad, todo lo que pueda captar la atención y el interés de cualquier persona está íntimamente ligado al pasado riquísimo de este gran país. Por lo tanto es necesaria una mirada a la evolución historia de casi un tercio de la población para comprender la importancia que este territorio ha ejercido y sigue ejerciendo entre los pueblos de Asia y Occidente. A fin de lograr un mejor conocimiento de la presencia de China en la historia, por un lado, centraremos nuestra atención en un aspecto importante como es el conocimiento Oriente-Occidente. Ello nos aportará una visión de China desde sus comienzos hasta el siglo XX. Por otro lado, y dada la importancia que ejercieron las últimas dinastías en la historia de China, analizaremos un aspecto primordial del ser humano que constituido por creencias y prácticas afectan a lo esencial de la existencia, de lo moral y de lo sobrenatural: el hecho religioso durante las dinastías Yuan, Ming y Qing que comprende los siglos XIII al XX. Es un estudio importante pues considero que no se puede entender la historia de las civilizaciones y de las culturas sin la de sus correspondientes religiones. Para lograr este objetivo se abordará los diarios de viajeros que recogen descripciones occidentales sobre China en este período.
        Nuestro trabajo queda completamente justificado como ya se ha indicado anteriormente y además de la información que se aportará, se ofrecerá una visión crítica en el marco de las conclusiones que explicarán y complementarán algunos aspectos necesarios para lograr una mejor visión de esta etapa tan importante de la historia de China.

    2- Introducción: Conocimiento de Oriente y Occidente

        Al término de un período de la historia de China marcado por la sucesión de los distintos imperios y dinastías, no deja de ser sorprendente el contacto con el exterior manifiesto a través de la expansión económica y cultural. De hecho, a pesar de las distancias enormes y los accidentes geográficos, el intercambio de productos entre el oriente y el occidente asiático ha sido continuo. Desde un punto de vista personal considero que hay varios factores que han propiciado esta reciprocidad, entre ellos la expansión territorial de los imperios y la exploración de los mares. Con el paso del tiempo, China también abriría sus puertas a Occidente y algunos productos chinos tales como el jengibre alcanzaron las costas del mediterráneo. El emperador Han WuDi en sus intentos por forjar aliados con los pueblos centroasiáticos envió a Zhang Qian entre los 138-125 a. C, pero estuvo 10 años preso de los hunos y allí conoció la existencia del Imperio Romano. Y desde que WuDi destruyera a los hunos, a partir del 115 a. C. Los enviados de la dinastía Han viajaban entre cinco y 10 veces al año. Sin duda que Zhang Qian abrió una puerta a la comunicación entre China y Europa.
         La relación sino-europea se afianzaría a partir de los siglos IV-III a. C con Alejandro Magno y los reinos helenísticos. Pienso que este tránsito de personas ha favorecido, desde los orígenes de la humanidad, la institución de un crisol de culturas.
        Y en este transitar de personas y mercancías creo que la ruta de la seda ha constituido, desde el principio, “la columna vertebral” que ha proporcionado una vía de intercambios comerciales y culturales y de conocimiento entre Oriente-Occidente. El eje Roma-Chang'an marcaba el principio y el final de una gran cadena de intercambios cuyos eslabones enlazaban a Turquía con Siria, a Irak con Persia y al Cáucaso con las fronteras de la India y China. Pero como ya se ha apuntado anteriormente, China supo, además, utilizar las rutas marítimas entre India, el sudeste asiático y las Seis Dinastías del Sur. Así, Faxian, monje y escritor, en su larga peregrinación llegó a Asia Central, la India y Asia Suroriental para volver a las costas de Shandong en el 412, desde India.
        A mediados de s. VII la fama de China se extiende por todo el continente de Asia y hasta Chang´an, que se convierte en la ciudad más cosmopolita del mundo, llegaron embajadas de la Persia Sasánida, India y Bizancio. En general, con los Tang (618-907) se intensificaron las informaciones del mundo persa e islámico: En esta época los misioneros sirios llevaron el nestorianismo a China y la capital se llenó de productos extranjeros y de templos maniqueos, zoroastristas y nestorianos y los comerciantes árabes llevaron el Islam a Cantón. Así mismo, es de destacar también que durante el reinado de Wu Zeitian (625-705) llega la primera embajada árabe enviada por el tercero de los Caligas legítimos, Otman, que se presentó en la corte Tang en el 651. En general, todo lo extranjero estaba de moda en la China de los Tang y ello era debido al comercio internacional. En este período también es de destacar a Xuanzang (602-644/664) , uno de los eruditos chinos regresa a China con información de la India.
        Con la consolidación de los grandes reinos extranjeros: Liao, Xixia, Jin y Dali (s. X-XIII) China se aleja de los caminos de la ruta de la seda. Por el contrario, la navegación china amplía el conocimiento de los países y aparecen libros escritos por mercaderes chinos que describen Filipinas, Java, Sumatra, Borneo y hasta Al-Andalus. De esta época data otro hecho: se transmite a Europa la fórmula de la pólvora.
        Los mongoles favorecían el establecimiento de extranjeros y con la consecución de la Pax Mongólica, durante el s. XIII, se permitió a los viajeros circular libremente entre China, Asia occidental y Europa.
        Otro de los elementos impulsor de los contactos fue la búsqueda de alianzas, y entre 1267 y 1291, los Il-Khans de Persia enviaron siete embajadas a occidente para conseguir alianzas contra el Islam. El primer europeo que llega a la corte mongola de Karakorum es Giovanni dei Plano Carpini (1182-1252).
        En 1254, Guillermo de Rubruck, con el fin de solicitar alianza de los mongoles contra los musulmanes para la sexta cruzada, fue enviado a Mongolia por el rey de Francia Luis IV y el Papa Inocencio IV.
        En 1241, los papas también eligieron a los religiosos franciscanos en misión diplomática y evangélica con el fin de conseguir ayuda mongol contra los sarracenos.
        Los Hermanos Polo, cuya fama se extiende hasta nuestros días, llegaron en 1262 y fueron recibidos por Kubilai. En 1272 volvieron a China y Marco Polo se quedó 20 años. El libro de Marco Polo muestra en Europa la riqueza de la China del norte y de la corte de Kubilai. Este libro tuvo una influencia incomparablemente superior a la de ningún otro de los viajeros medievales. Entre otros religiosos destacan Rabban Sauma (1260?-1313), monje nestoriano chino que a finales de s. XIII viajó de China a Persia, Bagdad y Europa; Giovanni di Monte Corvino, (1247-1328), que llegó a China por mar y a Khanbalik (Pekín) en 1395 y Odorico di Pordenone (1265-1331) que explicó las formas de vida china.
        Ibn Batuta, 1304-1377, nacido en Tánger, viajó por China a finales del periodo Yuan.
        Vietnam se convierte en provincia china durante la dinastía Ming, pero la rebelión contra los chinos llega en 1413. Destacan las grandes expediciones marítimas por el sureste de Asia y el océano Índico y también llegan expediciones a África, Bengala, Siam, Brunei, Sulu y Filipinas. Los viajeros vuelven con productos exóticos y animales raros. Pero los chinos se retiraron de los océanos y nadie consideraría a China como una gran potencia marítima. Surgen las comunidades de ultramar de chinos con comercios en el exterior. La dinastía Ming marca el final de la presencia china en aguas asiáticas y el aislamiento con respeto las relaciones internacionales. Llegan los portugueses que conquistan Malaca en el año 1511 y Macao cuya prosperidad seguirá con los castellanos.
        Con el imperio de los Qing (s. XVII-XX) se acrecientan las relaciones con Europa: A través de los jesuitas, el emperador Kangxi (1654-1722) mantuvo una peculiar relación con la Europa de la Contrarreforma. Pero con la Querella de los Ritos, se produjo el corte entre Europa y China y esto aísla a China a donde no llegan los ecos de la revolución americana ni de la francesa ni de la industrial.
        Se establece un nuevo tratado con Rusia, el de Kiakhta en 1727, que delineaba la frontera entre Mongolia y Siberia y permitiría el establecimiento de una iglesia ortodoxa rusa en Pekín.
        La presencia china en el suroeste y su incursión en Yunnan con E´ertai (1680-1745), trajo consigo la introducción de las plantas americanas.
        A través de Lord MacArtney que viaja a China con el fin de entrevistarse con el emperador Qianlong (1711-1799) y conseguir un trato comercial que evitase el déficit del comercio inglés en China, se procede a las transacciones inglesas. Debido a la afición de ingleses y americanos por el té y la falta de demanda china por las manufacturas inglesas, el opio comienza su introducción en China.

    3. La religión durante las dinastías Yuan, Ming y Qing.

        3.1. Los escritos de los viajeros aportan una visión de Oriente

        Los escritos de los viajeros que narran las características de las dinastías Yuan, Ming y Qing, constituyen los documentos que permiten la reflexión sobre el tema elegido. Estos viajeros llegaron a China enviados por los reyes de países europeos, por el Papa o bien por los gobernantes de sus países. Todos tenían una misión religiosa, política o económica. Y es que, como ya se ha observado en la introducción, una de las vías que ha propiciado el contacto entre Oriente y Occidente ha sido el envío de las embajadas procedentes de ambas partes. Entre estas embajadas las que llevó al primero de los grandes viajeros europeos: Giovanni da Pian del Carpini, (1180?-1252), Provincial de la Orden Franciscana. Fue una excelente elección como el primer enviado a Oriente. Había sido uno de los primeros colaboradores de Francisco de Asís y desde 1222, había desempeñado un papel de liderazgo en el establecimiento de la orden franciscana. Su estricto voto de pobreza, junto con sus aspiraciones de evangelización, al igual que los monjes budistas, le ayudaron a adaptarse a los desafíos de los viajes en la Ruta de la Seda(1). En general, los papas eligieron a los religiosos franciscanos en misión diplomática y evangélica con el fin de conseguir ayuda mongol contra los sarracenos. Además de los franciscanos destaca la misión jesuita y a través del emperador Kangxi (1654-1722) se mantuvo una peculiar relación con la Europa de la Contrarreforma si bien con la Querella de los Ritos, se produjo el corte entre Europa y China.
        Los reyes (como el caso de Luis IV de Francia), también enviaban sus embajadas a fin de solicitar alianza de los mongoles contra los musulmanes, y de este modo, en 1254, Guillermo de Rubruck, fue enviado a Mongolia.
        Y también destacan las embajadas con carácter comercial, como la que llevó a cabo Lord MacArtney que viaja a China con el fin de entrevistarse con el emperador Qianlong (1711-1799) y conseguir un trato comercial que evitase el déficit del comercio inglés.
        Los textos recopilados por estos viajeros nos aportan una visión de Oriente de aquella época y por lo tanto ayudan a comprender más sobre la religión en China durante las dinastías Yuan, Ming y Qing.

        3.2 Creencias

        Una definición de la religión original de los mongoles: era el chamanismo(2), que considera que el mundo visible está dominado por fuerzas o espíritus invisibles que afectan las vidas de los vivientes(3). Los textos de los viajeros acentúan la idolatría, pero con representaciones o figuras humanas:
    “Los tártaros creen en un solo dios que es también creador de todas las cosas visibles e invisibles (...). No obstante tienen ciertos ídolos de fieltro con figura humana”(“Los tártaros creen en un solo dios que es también creador de todas las cosas visibles e invisibles (...). No obstante tienen ciertos ídolos de fieltro con figura humana” .). Si bien todos los textos coinciden en señalar como “idólatras”(5) , “paganos”(6) a las personas integrantes de estas dinastías, considero sin embargo que los textos de Carpini y de Mendoza describen con mayor intensidad en qué consiste esa idolatría y/o paganismo. Así, Carpini nos muestra la importancia que concedían a estos ídolos que podían proteger de las enfermedades a las personas, también los ganados, conceder la gracia de tener potros y leche. En agradecimiento, a ellos sacrificaban la primera leche de sus yeguas y ganados, y por lo tanto les realizaban diversas ofrendas y sacrificios. Los ídolos eran confeccionados de paños de seda y a ellos dedicaban grandes honores, siendo colocados en un lugar preferencial: delante de la entrada de la tienda, y la persona que los robaba eran duramente ajusticiadas(7). A nivel personal considero importante el hecho que destaca Carpini de que son las mujeres las que hacen los ídolos y para ello se juntan las principales dueñas que viven en el campamento y los confeccionan devotamente(8). Sorprende que sean las mujeres las dedicadas a una tarea tan importante, puesto que poseían un papel secundario en aquella época. Pero también llama la atención que dediquen un ídolo a su primer emperador. Pienso que este hecho es de gran interés puesto que es conocido el valor del emperador para la historia de China, de hecho era honorado como pantocrator situado bajo la estrella polar en derredor de la cual todo gira. En su calidad de Hijo del Cielo, de hombre prototípico, tiene el poder, por sí mismo o por delegación, de admitir nuevos dioses(9). Por los conflictos que se originaban entre extranjeros con otras creencias a la de los mongoles, creo que es interesante destacar los ejemplos de Carpini a propósito de las personas que como Miguel, uno de los grandes duques de Rusia, eran obligadas a postrarse ante la imagen de un difunto y su reacción: a los cristianos no les estaba permitido hacer tal cosa(10). La descripción de Mendoza sobre la idolatría nos sorprende porque llama “miserables idólatras” a los mongoles, y afirma que “carecen de la verdad de nuestra santa Fe católica cristiana”(11). A los ídolos los denomina “santos”. Tras afirmar que los ídolos extranjeros son muchos, nombra los tres principales: Sichia, en el Reino de Trautheyco que está hacia el Poniente, Quanina y Neoma, natural de Cuchi, en la provincia de Ochian. La aportación de Mendoza destaca también porque la acompaña de leyendas y tradiciones sobre estas creencias. También pertenece a Mendoza la afirmación que sostiene que, por un lado tienen la existencia de un dios al cual adoran y le tienen pintado de bulto en cada casa, y le ofrecen incienso y por otro lado que tienen otro dios, hijo del anterior, al que llaman Natigay y se encarga de las cosas terrenas(12). Creo que es interesante el paralelismo que se encuentra en los textos de Mendoza entre la imagen de la Trinidad de los católicos y una imagen a la que los chinos tienen gran reverencia y que posee una extraña y maravillosa hechura y la tienen pintada en un rostro de cuya hombros salen tres cabezas y que las tres solo tienen una voluntad y un mismo querer(13). Aunque no se definen como ídolos, creo que la referencia que Carpini hace a la devoción a elementos de la naturaleza también puede enmarcarse dentro de esta idolatría(14). Sin embargo, todo lo contrario se expresa en el texto de Armiño que sorprende cuando comenta que en Fuzhou, un sarraceno le dijo a Marco que “en tal lugar hay una clase de gente, de cuya religión nadie comprende ni gota. No es idolatría puesto que no tienen ídolos, y no adoran al fuego”(15). Del mismo modo, el escrito de Oderico de Pordenone habla de la existencia de monasterios de idólatras que adoran sin excepción a los ídolos. Es curiosa la afirmación de que en uno de estos monasterios en los que él estuvo había “once mil ídolos”(16).

        3.3 El concepto del bien y del mal y de la vida eterna

         Según Carpini, “nada saben de la vida eterna ni de la condenación perpetua, aunque creen que después de morir vivirán en otro mundo (...), y no guardan ningún mandamiento sobre la manera de hacer el bien o huir del mal”(17). Este hecho podría explicar, según mi visión personal, que entre los mongoles “no fuera pecado alguno matar a los hombres, invadir las tierras ajenas o apoderarse injustamente de los bienes del prójimo y fornicar (...)”(18). Y es que creo que la historia de los mongoles sorprende por la crueldad y la violencia.
        Del mismo modo, en los escritos de Lord MacArtney, que se colocarían en la época de los manchúes, los conceptos de “confesión” y “penitencia” no entra en la mentalidad de un pueblo cerrado. Sorprende que explique que el pueblo chino no admitiría que las mujeres confesaran en privado a un sacerdote sus acciones y pensamientos, puesto que este hecho sería repugnante para los maridos de estas mujeres(19).
        Entre estos temas de carácter apocalíptico también destaca el texto de Mendoza al respecto de la inmortalidad del alma y sobre el premio o castigo después de esta vida. Por un lado destaca que los tártaros tienen por cierta “la verdad de la inmortalidad del anima, aunque con error porque dicen que las almas entran en otros cuerpos”(20). Por otro lado, personalmente creo que es interesante la confesión que realiza Mendoza que cree firmemente que Dios “los ha de traer a su santísimo conocimiento”(21). Me parece importante destacar la confianza de Mendoza en esta creencia puesto que ello transmite el deseo de la conversión implícita con la que todo misionero evangelizaba en aquella época. Entiendo que es explicable partiendo de una mentalidad que se remonta a varios siglos en la historia de la cristiandad.

        3.4. Supersticiones, quiromancia y astrología

         En general todos los textos consultados coinciden en la creencia en “adivinaciones, agüeros, haruspicios, sotilegios y conjuros”(22). Carpini es explícito cuando indica que “al realizar una nueva acción, la comienzan en luna nueva o en luna llena (...) y que creen que todo lo purifica el fuego”(23). También Lord Macartney en su texto defiende las prácticas de quiromancia, adivinación y astrología, y además expresa que tienen lugar en templos o “miaos”(24) (miao significa “templo” en chino mandarin, pero está más relacionado con los de devoción taoísta o budista, no con los católicos). Cuando Armiño describe la ciudad de Hangzhou dice que en “otras calles están los médicos y los astrólogos, que también enseñan a leer y a escribir”(25). Además nos acerca a la figura de los astrólogos: “son sabios en su arte y en los encantamientos diabólicos, tanto que dicen a los hombres muchas cosas verdaderas que les inspiran gran confianza (...), no se celebra desposorio alguno antes de que el astrólogo haya dicho su opinión”(26). Mendoza también se refiere a este aspecto al definir una práctica que hasta hoy día se sigue llevando a cabo, al menos lo que yo personalmente he presenciado muchas veces en Taiwán, en los templos budistas y taoístas: “otras suertes usan, echando unos palillos en una olla, y en cada uno escrito una letra (...), meten la mano de un niño y saca uno y ven la letra y buscan en un libro la hoja que comienza con aquella letra (...) interpretan a lo que pretenden y por lo que se movieron a echar las suertes”(27).

        3.5. Enfermedad, muerte y ritos funerarios

         Considero que estos temas se enmarcan en lo religioso por su relación con la existencia y trascendencia del ser humano. Los textos explican cada uno a su manera, los ritos que se llevan a cabo tanto en la enfermedad como en los enterramientos. Mendoza hace hincapié en la limpieza, las vestiduras del difunto con sus mejores ropas y la reunión familiar(28), mientras que Carpini se refiere a la nobleza y al modo de enterramiento en “un lugar del campo que mejor les parezca. Lo sepultan con una de sus tiendas, (...), delante de él ponen una mesa, una fuente llena de carne (...), con él entierran una yegua con su potro...”(29). Más adelante Carpini se refiere a otro tipo de enterramiento, “en el campo, haciendo una gran fosa” y explica la existencia de dos tipos de cementerios: “en uno reciben sepultura los emperadores, los capitanes y los nobles (...) y en el otro están sepultados los que cayeron en Hungría, pues allí encontró la muerte buen número de guerreros”(30). En su descripción de la ciudad de Hangzhou, Armiño explica la ropa que viste la gente que acompaña al difunto “de cañamazo en señal de luto” y “cogen sus instrumentos de música y van tocando y cantando oraciones”(31). Y habla sobre la incineración del cuerpo del difunto.

        3.6. Presencia de otras religiones

         Las referencias a distintas religiones abundan en todos los textos. Considero que es normal puesto que “la expansión de los mongoles por Asia provocó una gran confluencia de religiones que los khan tolerarán y favorecerán a cambo de que los monjes de todas las sectas rueguen a sus dioses por el Gran Khan”(32). En general, y aunque se ha dicho que los mongoles practicaban el chamanismo, nunca intentaron imponerlo a los súbditos y su período se destacó por la gran libertad religiosa”(33). Esta misma tolerancia religiosa se encuentra en el texto de MacArtney que afirma que los europeos que visitan el país se quedan “atónitos al encontrar la tolerancia de las religiones”(34). Esto explica que se detallen el paso de las distintas religiones: Se destaca la llegada a la corte de un lama tibetano: Phags-pa que inclinó a los mongoles hacia el budismo tibetano, se favoreció el budismo de los lamas a partir del año 1260 y con Kubilai los centros budistas llegaron a ser 42.000 y hubo 213.000 monjes y monjas, la mayoría lamaístas(35). Durante la dinastía Qing, Shunzhi se apartó de los jesuitas volviéndose hacia el budismo y tiene lugar la reencarnación del séptimo Dalai Lama (1708-1757). En esta dinastía el budismo tiene tanta importancia que el mismo término “Qing” procede de raíz de origen budista(36). También el texto de MacArtney expresa que los “Tártaros practican la religión de el Gran Dalai Lama”(37). Se hacen referencias al nestorianismo, que fue la primera gran religión con la que entraron en contacto los mongoles y fueron sus aliados: Rabban Sauma en sus viajes fuera de Asia quienes muestran la gran vitalidad y conexión existente en los centros nestorianos(38). También se destacan las referencias al Confucianismo en el imperio mongol y más en concreto con Kubilai, que lo reintrodujo, protegió los templos, reinstauró el culto estatal a Confucio y dejó exentos de tasas a los funcionarios confucianos(39). Sobre el confucianismo también encontramos referencias en el texto de Lord MAcartney, donde se nombra dos “sectas”, una que considera a su fundador como un hombre de gran sabiduría y caridad y otra cuyos seguidores han entrado en una “superstición corrupta”(40). También se hace referencia a las sociedades secretas, en concreto a la del Loto Blanco que prometía la llegada de Maitreya y el final de los sufrimientos y de las injusticias(41). Por último, sobre el taoísmo también encontramos referencias en los textos de Lord MacArtney, cuando habla de las religiones de los chinos. En sus textos expresa que los seguidores taoístas “son los más supersticiosos”(42). En estos mismos textos encontramos referencias a otras religiones como los Mahometanos y Judíos. Si bien “el número no es muy considerable pero se integran con rapidez entre el pueblo”(43). Al respecto de los musulmanes expresa que llegaron al país en el siglo IX(44).
         En los textos de los módulos también se hacen breves referencias a la existencia del maniqueísmo en la misma definición “ming”(45) y se nombra la época del reinado de Hong Wu quien revigorizó todas las creencias de la religión popular(46).
         Por último, los textos de los viajeros hacen referencias al cristianismo y a los misioneros laicos. Lord MacArtney nos concreta la existencia de ciento cincuenta mil cristianos en China, si bien especifica que se denominan “cristianos a cualquier persona que está bautizada”(47). En sus textos afirma que los misioneros franceses e italianos son los que mejor preparación tienen y que son más liberales. Llama la atención el detalle que señala este texto al respecto de la inculturación de estos misioneros, al vestir las mismas ropas que los chinos(48). Nombra la presencia de los jesuitas, las Misiones extranjeras de Paris y Propaganda Fide. Armiño por su parte afirma que la gente de este país eran cristianos porque Marco descubrió la existencia de un salterio y que a la pregunta de dónde lo habían sacado contestaron “de sus antepasados”(49). Sobre la actitud de los chinos frente al cristianismo me parece interesante destacar el texto al que se hace referencia en el módulo siete: “miraban con suspicacia una religión exclusivista que les prohibía sus dioses y adoraba a un Dios Creador...”(50).
         Los textos de Mendoza sorprenden por los comentarios que realiza a cerca de que ha encontrado personas que viven al estilo de “nuestros religiosos” (se refiere a los católicos), con un superior o Provincial ante el cual se arrodillan...No denomina a estos “religiosos” pero dice de ellos que cantan por las calles y piden limosnas; al parecer encuentra muchas similitudes con los religiosos católicos pues también dice que “traen sus cuentas para rezar como nosotros las usamos”(51). Creo que se refiere al rosario, pues es algo parecido entre la religión católica y la budista. Mendoza también destaca algunas pinturas al modo y a las insignias de los doce Apóstoles y otra de una mujer muy hermosa con un niño en brazos que bien pudiera referirse a la Virgen María(52).

    3-Conclusiones

         Al término de este estudio, hay una observación y afirmación que no se puede dejar de realizar: la importancia del encuentro entre Oriente y Occidente. Esta afirmación viene fundamentada por el análisis realizado en la misma introducción y que deja de manifiesto que el resultado de este encuentro se justifica por dos motivos principales: la expansión territorial de los imperios y la exploración de los mares por parte de China. De este modo, al crecer la fama de China, Occidente enviaba embajadas a Oriente y China se lanzaba a explorar los mares del Indico, entre otros, a fin de enviar sus productos y recopilar otros occidentales. Pero sobre todo creo que si hay algo que destacar por encima de todo es el tránsito de personas y en este caso, la ruta de la Seda se convierte en el eje a través del cual se producen los intercambios comerciales y de personas, y en último caso, creo que la expansión del budismo se produjo gracias a esta vía que lo importó desde la India y que luego supo adaptarlo a la mentalidad y características chinas. Destaco el budismo por la importancia que ha tenido y sigue teniendo en las culturas orientales.
         Otra aproximación Oriente-Occidente nos la proporciona el encuentro de religiones realizado a través de las embajadas que enviaban reyes, papas o gobernantes. Las embajadas económicas, políticas y religiosas, fomentaron el intercambio de creencias, de pensamientos, de filosofía, de modos de vida, y en definitiva de los pilares que constituyen la existencia humana. Los seres humanos, desde el principio de la humanidad, han luchado siempre por dar respuesta a numerosos problemas que no podían resolver con su conocimiento o razonamiento intelectual. La existencia de un “ser trascendental“ daba respuesta a sus interrogantes. La forma, el modo o la identificación de esta trascendencia puede llamarse de una manera o de otra pero en realidad nos lleva a realizar una primera conclusión y observación: independientemente del contexto social e histórico en el que se encuentra el hombre, siempre se abre a la existencia de un ser superior. En este sentido nuestro estudio nos ha llevado a analizar los ídolos que los mongoles, los chinos o los manchúes tenían y a los que adoraban: con figura humana, sin figura humana, construidos por ellos mismos, pintados, o “imaginados”, la idolatría confirma la necesidad de dar una respuesta a la existencia humana y desde esta “confesión” se llevan a cabo rituales y ceremonias para evitar desgracias, para agradecer beneficios, para implorar cualquier necesidad o bien para enterrar a los difuntos. Muchas de estas prácticas resultan, desde un punto de vista occidental, una mera cadena de supersticiones, que muchas veces se llevan a cabo marcadas por la ignorancia y la desesperación ante lo que no se comprende y que influye en la vida humana. Además de estos ídolos a los que ya hemos hecho referencia, se destaca la presencia de otras religiones como el budismo, taoísmo, cristianismo...Desde un punto de vista personal considero que la presencia de otras religiones viene a confirmar la importancia que tenía el comercio y las embajadas políticas enviadas por reyes y gobernantes. Los escritos de los viajeros que hemos estudiado, ponen de manifiesto la vinculación entre lo social, lo político, lo económico y lo religioso. A nivel personal considero muy importante y necesario destacar dos hechos: Por un lado, que a través de la descripción de la Religión en estas dinastías se nos ofrece un abundante material que nos informa también a cerca de las costumbres y características de los habitantes de lo que hoy constituye China. Por poner un ejemplo, creo que la referencia a las tiendas de los mongoles es un hecho que nos explica dónde vivían, su tipo de existencia nómada...Por otro lado, como los viajeros eran occidentales y además cristianos y religiosos, creo que ofrecen una perspectiva de la religión muy limitada, al reducirse a una visión exclusivista cristiana desde la que comparan y describen lo observado en esa época.

         BIBLIOGRAFIA

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    - Díaz, Carlos, Manual de Historia de las Religiones, Bilbao: Desclée De Brouwer, S.A. 1997.
    -FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulos 6, 7 y 8.
    -Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan. Madrid: Alianza Editorial.
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         WEBGRAFIA

    -www.upf.edu/23/12/2008.
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    -www.es.wikipedia.org/23/12/2008.

        REFERENCIAS

    (1) www.silk-road.com/20/12/2008.
    (2) FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 6, p.15.
    (3) www.es.wikipedia.org/23/12/2008.
    (4) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan. Madrid: Alianza Editorial
    (5) Armiño, M. (1987), Marco Polo. Libro de las Maravillas. Madrid: Anaya, p.1. [CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], Londres: Longmans.]
    (6) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan, op. cit.
    (7) Idem.
    (8) Idem.
    (9) Díaz, Carlos, Manual de Historia de las Religiones, Bilbao: Desclée De Brouwer, S.A. 1997, p.233.
    (10) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan, op.cit.
    (11) González de Mendoza, Juan. Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran Reyno de la China. Edición de 1596, pp.12-13.
    (12) Idem.Idem, p. 4.
    (13) Idem, p.12.
    (14) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan, o.p. cit.
    (15) Armiño, M. (1987), Marco Polo. Libro de las Maravillas. Madrid: Anaya, p.2.
    (16) La descripción de Quanzhou hecha por Oderico de Pordenone en www.upf.edu/materials/huma/central/historia/xinamon/docums/pordezai.htm/23/12/2008.
    (17) Idem.
    (18) Idem.
    (19) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (20) González de Mendoza, Juan. Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran Reyno de la China, op.cit., p.4.
    (21) Idem, p.16.
    (22) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan, op.cit.
    (23) Idem.
    (24) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (25) Armiño, M. (1987), Marco Polo. Libro de las Maravillas, op. cit., p.2.
    (26) Idem, p.7.
    (27) González de Mendoza, Juan. Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran Reyno de la China, op.cit., p.14.
    (28) Idem, p.17-18.
    (29) Giovanni Carpini, Historia Mongolorum, en GIL, J. (1993). En demanda del Gran Khan., op.cit.
    (30) Idem.
    (31) Armiño, M. (1987), Marco Polo. Libro de las Maravillas, op.cit., p.7.
    (32) FORLH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 6, p.15.
    (33) Idem, p.23.
    (34) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (35) FORLH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 6, p 23.
    (36) Idem, Módulo 8, p.9.
    (37) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (38) FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 6. p.24.
    (39) Idem, p.19.
    (40) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (41) FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 6. p.29.
    (42) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord MacAartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (43) Idem.
    (44) Idem.
    (45) FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 7, p. 9.
    (46) Idem, Módulo 7, p.10.
    (47) CRANMER-BYNG, J.LN (ed), (1962), An Embassy to China. Being the journal kept by Lord Macartney during his embassy to the Emperor Ch'ien-lung, 1793-1794, [Lord Macartney's observations on China, pp. 221-242], op.cit.
    (48) Idem.
    (49) Armiño, M. (1987), Marco Polo. Libro de las Maravillas, op.cit., p.2.
    (50) FOLCH i FORNESA, Dolors. Historia de Asia Oriental I: los imperios de Asia oriental. Barcelona. Fundación per a la Universitat Oberta de Catalunya. 2005. Segunda edición. Módulo 7, p.32.
    (51) González de Mendoza, Juan. Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran Reyno de la China, op.cit., p.17.
    (52) Idem, p. 12.

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